Publicado el 15 de Julio de 2025 en Posgrado

“La cooperación es el único camino posible para construir el mundo que queremos”

Testimonio. Radicada en España, Romina Nardi relata cómo la Especialización en Cooperación Internacional de la UCC potencia su trabajo estratégico en ONU Turismo.

Romina Nardi, nacida en Buenos Aires y actualmente residente en Madrid, es una profesional con “muchas millas acumuladas” en el ámbito de la internacionalización de la educación superior y la cooperación internacional. Licenciada y profesora universitaria en Relaciones Internacionales, ha profundizado su formación con un Diplomado en Cooperación Internacional en la Universidad Católica de Córdoba y diversos cursos de posgrado en desarrollo, cooperación y género tanto en Argentina como en el exterior. Hoy se encuentra cursando a distancia la Especialización en Cooperación Internacional en nuestra Escuela de Posgrado.

En el ámbito profesional, Romina se desempeña como Especialista Senior en Proyectos en el Departamento Regional para las Américas de la Organización Mundial del Turismo (ONU Turismo), donde lidera proyectos regionales y coordina relaciones políticas con los Estados Miembro de América Latina y el Caribe. Su experiencia incluye roles clave en el Ministerio de Turismo de Argentina, presidencias en reuniones técnicas del Mercosur y el G20, así como una destacada trayectoria en procesos de movilidad académica y cooperación internacional.

En esta entrevista, la experta en internacionalización repasa las herramientas que le brinda el posgrado que cursa actualmente para desempeñarse en su actual rol en ONU Turismo desde España.

¿Cómo ha sido la evolución de tu carrera hasta llegar a tu posición actual?

-Mi recorrido ha sido tan diverso como enriquecedor. Comencé desde el ámbito universitario, gestionando programas de internacionalización en la Universidad de Buenos Aires, lo que me permitió comprender el enorme valor de tender puentes entre instituciones y culturas. Casi en paralelo, trabajé para la Fundación Carolina de España, que ofrecía becas de estudios de posgrado para jóvenes latinoamericanos y tuve el privilegio de formar parte de los equipos que realizaban la selección de los jóvenes talentos que recibían becas de formación y que hoy veo ocupando espacios de poder, pero me refiero al poder de generar el cambio que nuestras sociedades necesitan.

Luego, esa experiencia se trasladó al plano gubernamental, cuando asumí como directora de Relaciones Internacionales del Ministerio de Turismo de la Nación. Ese fue, sin dudas, un punto de inflexión: representé a la Argentina ante la Organización Mundial del Turismo, donde trabajo en la actualidad, coordiné reuniones del Mercosur y participé en espacios multilaterales clave como el G20. Cada etapa me fue preparando para mi rol actual en ONU Turismo, donde coordino programas regionales en las Américas y sostengo y acompaño las relaciones políticas con los Miembros.

A lo largo de todo este camino, hubo momentos que me marcaron especialmente, como la formación de la Red Argentina de Becarios de la Fundación Carolina en 2008, también la coordinación de los programas internacionales de la universidad y la redacción de la primera resolución de internacionalización de la educación superior en la UBA. Un poco más adelante, fueron importantes momentos como la coordinación del Encuentro de Ministros de Turismo del G20 en 2018 mientras estaba en el Ministerio de Turismo, las reuniones técnicas del Mercosur y la innumerable cantidad de cooperaciones que realizamos a nivel bilateral y multilateral, también la participación en el diseño de proyectos de desarrollo turístico sostenible con enfoque comunitario.

Son experiencias que consolidaron mi vocación por trabajar desde la cooperación, articulando lo local con lo global. Desde el nivel bilateral hasta el multilateral, entiendo que la cooperación es el camino, siempre. Pero, además, estudié mi carrera de base en un momento en que solo se hablaba de conflicto y lo hacíamos basándonos en las teorías clásicas de las relaciones internacionales, por lo tanto, mi quehacer profesional se fue desarrollando desde la intuición y el análisis de buenas prácticas en materia de cooperación. Por eso, el Diplomado de la UCC (y ahora la Especialización) sumó mucho al permitir compartir las experiencias con docentes y compañeras/os que -desde un ámbito u otro- desarrollan estrategias de cooperación que no las leemos en el libro. Son las experiencias que enriquecen y nutren la propia formación.

Confío y proyecto que mi futuro profesional seguirá enfocado en la cooperación y el desarrollo, en tender puentes de entendimiento entre culturas y diferentes formas de cohabitar el mundo, de construir desde el diálogo y el respeto profundo por la otredad, de empujar el desarrollo de mi país y la región, porque sé que -antes que nada- el camino es juntos, a pesar de -y gracias a- nuestras diferencias, que enriquecen en lugar de separarnos.

Romina Nardi Panel sector privado Empoderamiento edit.JPG

¿En qué proyectos de cooperación internacional estás trabajando actualmente?

-Actualmente, en ONU Turismo coordino iniciativas que buscan fortalecer el turismo como motor de desarrollo sostenible e inclusivo en toda la región de las Américas. También apoyo programas especiales relacionados con género, conectividad, accesibilidad, derecho del turismo y turismo comunitario e indígena.

Entre los proyectos recientes, destacaría la Cumbre África-Américas celebrada en República Dominicana, primero, y luego en Zambia, como un espacio inédito que promovió la cooperación Sur-Sur entre regiones con desafíos similares, pero también con enormes potencialidades compartidas.

Asimismo, co-lideré la elaboración de un Informe Regional sobre el rol de las mujeres en el turismo, que fue presentado en una Conferencia para América Latina y el Caribe sobre Empoderamiento de la Mujer que se desarrollará año tras año en algún país de la región. Además, estoy trabajando en la consolidación del Observatorio de Derecho del Turismo para América Latina y el Caribe, una iniciativa conjunta con el BID.

En simultáneo, estamos desarrollando guías de inversión para cada uno de los países de la región, con el apoyo de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.

Nuestro trabajo es multinivel y multiactor. Creemos que trabajar articulando esfuerzos y recursos con otros organismos, públicos y privados, con la Academia y con las comunidades locales es fundamental para que el derrame sea real y permee a todos los niveles en la región de las Américas. El turismo es la más humana de las actividades productivas, por eso, con el foco puesto en el desarrollo de las comunidades, todas las actividades que llevamos a cabo articulan esfuerzos y recursos para ser más efectivos, eficientes y para formar red.

Habiendo transitado ya un camino, ¿qué te motivó a continuar tu formación en la UCC?

-Creo en la necesidad de actualizarse y de profundizar la reflexión crítica. En su momento el Diplomado, y hoy la Especialización en Cooperación Internacional de la UCC, me atrajo por su enfoque integral, que articula teoría, herramientas de gestión y análisis contextual de América Latina. Me motivó también la posibilidad de compartir el espacio con colegas de diversas disciplinas y trayectorias, lo que enriquece profundamente el aprendizaje y me resulta super nutritivo para seguir creciendo y tratando de aportar mi granito de arena para el desarrollo de mi país y de la región.

Existe un conocimiento que no se adquiere en los libros, que nos da la práctica y el intercambio. Esa es para mí, la virtud más impactante de esta Especialización. El conocimiento es compartido, es social y creo que encuentra su origen en el intercambio, el debate y la conversación. En este sentido, la Especialización me abre la chance del intercambio, del enriquecimiento de otras lentes con que mirar la realidad, advertir nuevas oportunidades y adquirir estrategias para sortear las dificultades y enfrentar los desafíos del mundo actual.

¿Qué aportes considerás que brinda esta carrera?

-Uno de los mayores aportes es que brinda un marco de análisis riguroso para comprender los cambios del sistema internacional y los nuevos paradigmas de la cooperación. A veces, en la vorágine de la gestión, perdemos perspectiva crítica, y estos espacios nos invitan a repensar conceptos, modelos de intervención y prácticas. En mi caso, valoro especialmente los módulos vinculados a cooperación Sur-Sur, integración regional y cooperación multiactor. Considero que son temas clave para quienes trabajamos con organizaciones internacionales y buscamos generar impacto en clave de sostenibilidad, inclusión y accesibilidad.

¿Cuáles son los principales desafíos y las mayores oportunidades en el panorama actual de la cooperación?

-Uno de los grandes desafíos actuales es gestionar la cooperación en contextos de alta complejidad: fragmentación política, tensiones geopolíticas, crisis climática y desigualdades estructurales. Nos tocó un mundo en el que el multilateralismo está atravesando un momento crítico. Pero también hay oportunidades potentes: la cooperación Sur-Sur, el rol creciente de las ciudades y gobiernos subnacionales y el aprovechamiento de tecnologías digitales para la gestión y monitoreo de proyectos.

La formación académica tiene un rol fundamental si logra combinar el pensamiento crítico con herramientas prácticas. Necesitamos profesionales con mirada estratégica, capaces de liderar procesos con sensibilidad territorial, compromiso ético y capacidades técnicas. Soy una optimista radical, y como dije, la cooperación es para mí, el único camino posible para la construcción del mundo que queremos.

¿Qué consejo les darías a aquellos profesionales que están pensando iniciar esta carrera?

-Me atrevo a sugerir que cultiven la vocación por el trabajo colaborativo, la escucha activa y la interculturalidad. La cooperación no se trata solo de proyectos o financiamiento, sino de construir relaciones de confianza, de respeto y tolerancia, identificar prioridades comunes y trabajar por objetivos compartidos.

También les sugeriría que se formen permanentemente, que exploren experiencias internacionales —aunque sean breves— y que no subestimen el valor de las redes profesionales. La cooperación es, ante todo, una práctica relacional. Y en ese sentido, el capital humano y las convicciones hacen la diferencia.

Esta carrera se dicta a distancia, ¿cómo te ha resultado la experiencia del cursado?

-Muy positiva. Me permitió compatibilizar una agenda laboral intensa con una propuesta académica exigente y de calidad. La plataforma es amigable, los materiales están cuidadosamente seleccionados y la interacción con docentes y colegas es muy enriquecedora. Para muchos de nosotros, la única posibilidad de formación es a través de un cursado a distancia. Personalmente, se me hace muy difícil a veces, incluso poder asistir a las clases sincrónicas y cumplir con fechas de entregas, pero la posibilidad de encuentro y debate en cada propuesta es realmente nutritiva.

Más allá de lo técnico, valoro especialmente que la modalidad virtual no impidió generar un sentido de comunidad y pertenencia. Al contrario, creo que las distintas realidades geográficas que confluyen enriquecen el debate y aportan una mirada más federal e internacionalizada.

Seguí formándote. Estudiá la Especialización en Cooperación Internacional en la Escuela de Posgrado de la UCC.

Para conocer más sobre esta carrera coordiná una entrevista acá.