El viaje invisible del agua
Entrevista. Docentes de la Especialización en Tecnología de los Alimentos exponen sobre el papel fundamental, y a veces contradictorio, del agua en nuestra vida.
(Parte 1)
Entrevistamos a docentes de la Especialización en Tecnología de los Alimentos de la Escuela de Posgrado de la Universidad Católica de Córdoba para conocer más sobre el papel fundamental, y a veces contradictorio, del agua en nuestra vida. Es la principal fuente de hidratación, pero también puede ser un vehículo para sustancias que nos preocupan. Queremos entender mejor los riesgos y saber cómo actuar. Para ello, conversamos con las especialistas Marcia Ruiz, profesora titular de la Cátedra Toxicología de los Alimentos, y Ana Laura Ruibal Conti, profesora adjunta de la materia.
El agua que bebemos, ¿fuente de vida, y de preocupación?
Más allá de la sed, ¿qué rol juega el agua en nuestra salud y qué la convierte en un potencial vehículo de tóxicos?
-La calidad del agua es importante porque, además de satisfacer la sed, cumple funciones esenciales como el transporte de nutrientes, la regulación de la temperatura y la eliminación de toxinas; así, ayuda al funcionamiento correcto del cuerpo. En cambio, si no se encuentra en buenas condiciones de calidad, puede convertirse en un vehículo de microorganismos patógenos y de sustancias tóxicas. Principalmente, los microorganismos presentes en el agua causan enfermedades gastrointestinales como la diarrea y, como consecuencia, puede provocar fiebre y deshidratación, lo que pone en riesgo la salud. Las sustancias tóxicas también pueden afectar a la salud, pero a diferencia de los microorganismos, generalmente el efecto adverso suele verse a largo plazo.
Aunque no nos damos cuenta, además de consumirla, el agua está presente en otros aspectos de nuestra vida cotidiana como la higiene, la recreación, los deportes acuáticos, por dar algunos ejemplos que pueden ser también vías de exposición a sustancias o microorganismos que afecten la salud.
En muchos hogares se debate entre abrir la canilla o comprar un bidón. Desde el punto de vista toxicológico, ¿cuáles son las principales diferencias entre el agua de red y el agua envasada? ¿Son los microplásticos de las botellas un riesgo real?
-Muchas personas, por falta de confianza en la empresa potabilizadora o la cooperativa proveedora, prefieren comprar agua envasada que tomarla directamente de la canilla. Siempre es importante conocer el origen del agua envasada.
El agua de red a diferencia de la envasada está en renovación constante y se le adiciona cloro para mantenerla libre de microorganismos durante su distribución. Sin embargo, su calidad también depende de la limpieza que se realice en los tanques de las viviendas. En cambio, el agua envasada, más aún si son bidones grandes, permanece más tiempo estancada y depende mucho en dónde se encuentre colocado el bidón. En este caso hay que evitar que le dé el sol, y tener presente el tema de las etiquetas que van adheridas, porque puede haber migración de la tinta desde la etiqueta al agua del bidón.
El tema de los microplásticos es un tema bastante nuevo. Si bien hay avance, existe mucho desconocimiento aún. Se ha estudiado en el agua de mar y su impacto en la fauna, pero falta más información en el ámbito terrestre y en el agua dulce. Debido a que son partículas menores a 5mm, y son muy ubicuas, se podrían encontrar tanto en el agua envasada como en la de la canilla.
Pensemos en los "enemigos invisibles". ¿Cuáles son los 3 principales contaminantes que pueden encontrarse en el agua de consumo y que más preocupan por sus efectos en la salud a largo plazo?
-El arsénico, es muy importante en las zonas en donde se encuentra presente en el suelo, debido a que es un contaminante de tipo natural, generando mucha preocupación en el agua subterránea. La cual debe ser tratada de manera que quede dentro de las concentraciones recomendadas, ya que a largo plazo es cancerígeno, es un contaminante multisistémico, es decir que afecta muchos órganos.
Vale aclarar que el agua que contiene arsénico es mayoritariamente el agua subterránea. Córdoba es una provincia que puede tener regiones con más o menos arsénico, como ocurre en el sudeste cordobés; incluso estudios recientes encontraron este tóxico en algunas zonas del departamento Río Primero, al noreste. En el caso de la Ciudad de Córdoba, el consumo es de agua mayormente superficial proveniente de lagos.
Otro tema de gran actualidad son los antibióticos o las hormonas que llegan a las aguas naturales. Estos compuestos llegan al ambiente a través del vertido de los efluentes ya que la mayoría de las plantas de tratamiento no cuentan con la tecnología necesaria para eliminarlos de manera efectiva. Un aspecto muy importante también, de impacto a corto plazo, es el microbiológico, es importante que el agua no contenga bacterias patógenas por ello se hace comúnmente la desinfección con cloro.
El mercado está lleno de filtros y purificadores domésticos, ¿marcan una diferencia significativa en la seguridad del agua que tomamos en casa?
Los purificadores de agua contribuyen a mejorar la seguridad y calidad del agua ya potabilizada al eliminar ciertos compuestos, a veces en forma total y a veces en forma parcial. Pueden mejorar la turbidez, la dureza, ciertos sabores y olores, y ahora se están estudiando para eliminar los microplásticos. Resultan eficaces para evitar contaminantes biológicos. Por ejemplo, en nuestro grupo de investigación evaluamos dos purificadores comerciales y analizamos su capacidad para eliminar bacterias y toxinas algales.
Estos sistemas emplean distintos métodos para purificar el agua. Para elegir el sistema adecuado es conveniente realizar un análisis de la composición del agua domiciliaria.Su eficacia depende del correcto uso y mantenimiento, siguiendo siempre las recomendaciones del fabricante.
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